Golpe de mar. Elegía a Rafu-k.

 

Golpe de mar de tristeza y de espuma, así fue perderte y no entender que la vida se escapaba de quien más y mejor la vivía.

Luego, el dolor de una herida abierta y la falta de ti se convirtió en la falta de algo mío: perder un brazo, perder un amigo.

Más tarde, cierta calma después de llorarte y de gritarle a todos los imbéciles con los que iba tropezando: mi a migo se ha ido y tú no le llegas a la suela de los zapatos. ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué?

Ahora acepto, y por eso tengo fuerzas y escribo. Aunque no entiendo que la fortuna arrebate como niño malcriado, o quién gobierna las ausencias.

Pero hay algo que he aprehendido. De ti. Del tiempo dedicado y del espacio compartido.

Eres mar.

A veces calma chicha exasperante, tremenda y repetida.

A veces ola que acompaña, empujando desde la quilla.

A veces tormenta de ideas y sal en los ojos.

Pero siempre mar. Huracán de espuma, golpe de viento y brisa, azul profundo.

Eres mar y no hay costa ni roca ni geografía que te retenga. El agua tiene el hocico fino, decías, y estarás viajando en las corrientes o engañando a las mareas.

Ahora que lo más certero y palpable de ti se ha ido, ahora que tengo un hueco que es como abrir una puerta y esperar que aparezcas… y no será cierto nunca más. Ahora que es ahí donde duerme todo el dolor de haberte conocido.

Ahora te tengo cerca, a mi lado, en rincones de mi rutina y ventanas de cada día. Converso contigo en los ratos del medio día fregando platos y en las noches de taller buscando un apañuco.

Si, es un engaño, una quimera, una certeza. Es la consolación de los que quedan contemplando el precipicio.

Pero es cierto. Has vivido la vida como un abrazo, como un grito. Has Llorado y te hiciste tan pequeño como un susurro. Tú, que en la calma guardabas ojos de tramontana y en tu risa una flor y la jarana.

Tú, lo inmediato: el proyecto eterno o atrapar la brisa, todo era lo mismo.

Ahora que respiro tu ausencia con algo más de calma pido a los espejos de la mi conciencia que guarden un reflejo de tu esencia.

Te recuerdo sumergido en apnea volando en lo profundo.